Nació del deseo de devolverle vida a un territorio que alguna vez fue destinado a la ganadería y que hoy late con fuerza como un refugio de biodiversidad.

Cada rincón de nuestras 130 hectáreas cuenta una historia de regeneración: árboles que vuelven a crecer, aves que regresan a su hogar y un ecosistema que se fortalece con cada nueva vida que encuentra refugio aquí. Protegemos la selva no solo porque es nuestro hogar, sino porque sabemos que cada árbol, cada río y cada especie importa.

Nuestro compromiso es ofrecer un espacio donde la naturaleza y las personas se encuentren en armonía. Queremos que quienes nos visitan no solo exploren, sino que se conecten con la esencia de la selva. Desde caminar entre árboles gigantes hasta observar especies únicas, buscamos despertar la admiración y el respeto por este ecosistema.